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Blog de Javier Memba

El insolidario

Jacques Martin total

Archivado en: Cuaderno de lecturas, Jacques Martin, Orión, "El lago sagrado"

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            Admiro a Jacques Martin cuando trabaja sin colaboradores, sin que esto signifique que no aprecie sus historietas cuando sus dibujos son obra de André Juillard, Jean Pleyers y, por supuesto, Bob de Moor, tercer miembro del triunvirato de grandes discípulos de Hergé, junto con Edgar P. Jacobs y el propio Martin. Ahora bien, ni que decir tiene, que el auténtico Martin es el que trabaja en solitario.

            Lástima que las diez colecciones que inició acabaran por ir en detrimento de su actividad como dibujante en aras de su quehacer como guionista. Es lástima porque a mi juicio, el cómic es dibujo antes que texto y a la postre, Jacques Martin -sin duda el más ambicioso del triunvirato de discípulos del gran Hergé, uno de los maestros de la Línea Clara- fue más guionista que ilustrador. Si bien es cierto que dibujó y escribió veinticinco álbumes, no lo es menos que su bibliografía como guionista únicamente, dobla esta cantidad.

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Publicado el 9 de febrero de 2013 a las 22:30.

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"El gran dios Pan" y otras lecturas del gran Arthur Machen

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "El gran dios Pan y otros relatos de terror sobrenatural" de Arther Machen.

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            Parece ser que El gran dios pan era el relato de Machen preferido por Lovecraft. En verdad no es para menos. Sorprende en primer lugar su construcción a la manera de Stevenson en Las nueva noches árabes; es decir, mediante episodios, aparentemente independientes, pero que en realidad obedecen a una misma trama sin fisuras.

            En el primero de ellos -El experimento- se nos cuenta la suerte de una mujer -Mary- que se somete voluntariamente a la operación cerebral que le practicará el doctor Raymond, científico tan loco como el Moreau de Wells o el Frankenstein de Mary Shelley, que se cree en el derecho de experimentar con la mujer. Merced a la intervención, la paciente voluntaria podrá ver a la siniestra divinidad aludida en el título. Dicho y hecho, Mary -según se desprende de la inquietud con que se nos retrata, y no porque se nos cuente lo que vislumbra- asiste a tamañas visiones que pierde el juicio. Un tal Clarke, que copila hechos sobrenaturales en unas memorias con las que pretende demostrar la existencia del Diablo, es testigo de todo el proceso de Mary.

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Publicado el 22 de enero de 2013 a las 19:00.

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Gótica y anticlerical

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "El monje" de Matthew G. Lewis

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            Ateo que fue católico, apostólico y romano; ateo gracias a Dios, como don Luis Buñuel, a mí los tópicos protestantes sobre la corrupción del catolicismo pueden llegar a cargarme tanto como esa gravedad luterana que hace que aborrezca el cine de Bergman en su conjunto. Ahíta de estos prejuicios, El monje, la novela más celebrada del inglés Matthew G. Lewis, por momentos se antoja más anticlerical que gótica. Con todo, al volver ahora a las notas que tomé de mi lectura de ella en 2000 por las alusiones en el asiento anterior, he de reconocer que esta delicia satisfizo con creces el interés que despertó en mí desde que vi su edición de bolsillo en el escaparate de El Aventurero. Aquella librería de la calle Mayor tan entrañable como tantas otras que he visto cerrar a lo largo de mi experiencia como lector. Pero si cabe El Aventurero más porque mi madre me compró allí Tintín en el país de los soviets -¡ni más ni menos!-, uno de los últimos libros que me obsequió en uno de nuestros últimos paseos. Pero vayamos con esas páginas de Lewis que nos ocupan.

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Publicado el 18 de enero de 2013 a las 23:45.

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Un clásico de la literatura fantástica

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Manuscrito encontrado en Zaragoza"

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En agosto de 1997, tras la lectura de Manuscrito encontrado en Zaragoza, del polaco Jan Potocki, comprobé con cierta sorpresa que la España pretérita fue una fuente inagotable de inspiración para los autores de novela gótica. El gran Charles Maturin sitúa aquí una buena parte del periplo de su Melmoth y Matthew G. Lewis también localiza en este país la acción de El monje.

A todas luces, España se antoja mucho más siniestra que Transilvania, aunque aquí se tienda a no reparar en ello. Supongo que ese tenebrismo, que le atribuyen los autores de novela gótica dieciochescos y decimonónicos, obedece a la siniestra fama que la Inquisición procuró a la tierra española en el resto de Europa. En efecto, los tribunales y las torturas del Santo Oficio aparecen tanto en Melmoth el errabundo como en El monje y Manuscrito encontrado en Zaragoza, la que hoy me ocupa.

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Publicado el 15 de enero de 2013 a las 00:15.

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El cine según Antonin Artaud

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "El cine" de Antonin Artaud

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            Treinta y seis años antes de que las masas descubrieran a Antonin Artaud en el monográfico que le dedicó la madrileña Casa Encendida en 2009, y lo hicieran además con un alborozo semejante al que experimenta el adolescente fascinado con la creación alucinada al saber del episodio de la oreja de Van Gogh, Artaud ya era un mito entre los cinéfilos merced a su breve pero brillante filmografía silente a las órdenes de maestros de la talla de Carl Th. Dreyer y Abel Gance. Supongo que también lo sería entre los amantes de la escena, pero el teatro jamás ha tenido el más mínimo interés para mí.

            De esa alta consideración en que las minorías cinéfilas tenían a Artaud con anterioridad a la muestra referida -por cierto, primera dedicada al polifacético artista francés en nuestro país- da prueba el pie de imprenta de El cine. Publicado originalmente en el Libro de Bolsillo de Alianza Editorial en 1973, yo me hice con una segunda edición fechada en 1982. Recuerdo que, junto los guiones de Antonioni y de Godard, fue uno de los primeros textos de cine de tan entrañable colección que adquirí.

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Publicado el 1 de enero de 2013 a las 23:15.

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Música para camaleones

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Música para camaleones"

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            No leía a Truman Capote desde hace veinticinco años. Ya entonces, cuando terminé en el 87 El invitado del Día de Acción de Gracias, estaba convencido de que junto con Faulkner y Carson McCullers integra el triunvirato rector de la gran narrativa del Sur estadounidense. Pero la singularidad de aquella edición de Lumen -las letras eran verdes- acabó por hacer que la forma pesara más que el fondo. Fui pues el necio que mira al dedo que señala a La Luna y durante este cuarto de siglo he recordado más el color de la tipografía que el encanto de la evocación de sus recuerdos infantiles por parte de Capote, asunto de El invitado.... Siendo el caso de que su capacidad para la remembranza es lo que más admiro en un escritor atento a la realidad -por encima del asunto y la excelencia de su obra- y siendo esa nostalgia una de las constantes en este autor y en estas páginas, mi reencuentro con él en Música para camaleones no ha podido ser más satisfactorio.

            Como ya se atisba en Desayuno en Tiffany's (1957), Capote no fue ese cínico que aparentaba ser puesto a epatar a la prensa y a la alta sociedad que lo encumbró mucho antes de alcanzar la popularidad, incluso en España, con A sangre fría (1966). Debido a su condición más íntima, que lo marginaba de los demás, fue un observador sensible desde sus primeros días. Si se creó ese personaje excéntrico, que también fue, lo hizo para proteger su verdadero y primer yo -el de la condición más íntima- de la gente, a la que sólo se dirigía con sinceridad mediante su obra.

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Publicado el 13 de diciembre de 2012 a las 11:15.

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Tres lecturas de Bram Stoker

Archivado en: Cuaderno de lecturas, cobre "Drácula", "La madriguera del gusano blanco" y "La dama del sudario"

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                   Decididamente, Bram Stoker no cuenta entre mis favoritos de la literatura consagrada al miedo. Como ya sabrán los lectores de estos apuntes, ésos son el gran Joseph Sheridan Le Fanu -del que Stoker fue un claro discípulo, por no decir imitador- y El outsider de Providence, El extraño cautivo de Rhode Island, que es como también llamamos a Lovecraft quienes descubrimos el encanto del horror en sus cuentos.

                   Stoker es uno de los escritores más sobrevalorados de toda la historia de la literatura. Máxime si se considera que ese vampiro, cuya paternidad suele atribuírsele, es un invento del cine, de tres grandes cineastas: W. F. Murnau, Tod Browning y Terence Fisher. Como vengo sosteniendo desde el estudio que dediqué en al cine de terror de la Universal (T&B Editores, Madrid 2004 y 2006), el Drácula de Stoker no es un dandi y se pasea a las doce del mediodía por Piccadilly. La elegancia del no muerto fue una aportación de Browning, así como la fotofobia lo había sido antes de Murnau.

                   En lo que a la literatura se refiere, también hay antecedentes. Sin ir más lejos está El vampiro (1819), que John Polidori alumbró en junio de 1816, en el glorioso verano de Villa Diodati. Sí señor, en el mismo duelo de ingenio en que Mary Shelley concibió Frankenstein o el moderno Prometeo (1818).

                   Pero también quedó escrito en aquella experiencia suiza de tan insignes ingleses que Polidori, el atormentado médico de lord Byron, fuese uno de los grandes malditos de la historia de la literatura. El resto fue la fortuna, que siempre es ciega, y una crítica superficial -a la que se aferran como a un dogma de fe millones de lectores- que atribuyó un cúmulo de tradiciones centro europeas, relatos anteriores y hallazgos del cine al bueno de Bram Stoker.

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Publicado el 24 de noviembre de 2012 a las 13:00.

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El sudario de hierro y otros cuentos góticos

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "El sudario de hierro y otros cuentos góticos"

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                   Tan bien comentada como seleccionada por Roberto Cueto, abre esta espléndida antología -publicada el último año del amado siglo XX por las tristemente desaparecidas Ediciones Celeste con el título de El sudario de hierro y otros cuentos góticos- un lúcido y riguroso estudio sobre lo gótico y los terrores que le sucedieron en el parnaso de la literatura consagrada al miedo. La calidad de estos apuntes preliminares no va a la zaga de los textos copilados en el que fuera el primer número de la efímera pero sobresaliente colección Infernaliana. De modo que es justo decir que ésta selección es en verdad una de las mejores panorámicas que se pueden ofrecer sobre la narrativa gótica desde sus albores hasta sus manifestaciones más logradas.

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Publicado el 18 de noviembre de 2012 a las 22:00.

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El breviario de robots de Stanislaw Lem

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Breviario de robots"

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                   Con el curso del tiempo, las estampas que muestran algunas novelas juveniles han cambiado tanto como la orquestación de las canciones. Yo me quedé con las "250 ilustraciones" de la colección Historias, de la nunca bien ponderada editorial Bruguera. Salvo algunas excepciones, casi siempre concernientes a los sombríos y cautivadores mundos de la fantasía épica, lo que vino después se me antoja tan jovial -y por lo tanto, para mí, cargante- como aquellos dibujitos que hace treinta años ilustraron la campaña electoral del PSOE.

                   No obstante lo cual, es tanta la devoción que siento por Bruguera, donde leí a Charles Maturin y a Francisco Ibáñez, a Raymond Chandler y al capitán Trueno, que cuando di con este ejemplar de El breviario de los robots de Stanislaw Lem, en una librería especializada en restos de ediciones de Gijón, me faltó tiempo para comprarlo. Y sin embargo, su lectura en 2003 fue decepcionante. Ni es la edición íntegra, como se anuncia en la portada, ni sus protagonistas son los robots, como sugiere el libro.

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Publicado el 13 de noviembre de 2012 a las 10:00.

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Otra sobresaliente antología de Valdemar (y II)

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Cthulhu una celebración de los mitos"

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(viene del asiento anterior)

Un enemigo de Lovecraft

            El caso del filósofo Colin Wilson -uno de los Jóvenes Airados de la literatura inglesa, autor de ciencia ficción y genuino representante de ese mundo académico que desdeña a Lovecraft como al resto de los escritores de género- es en verdad curioso. Aunque entró en contacto con Derleth polemizando contra él sobre el valor de la obra del Outsider, fue el propio Derleth quien le exhortó a escribir sobre los mitos de Cthulhu. Así las cosas, mientras por un lado disertaba en sus ensayos contra el extraño recluso de Rhode Island, por el otro escribía El regreso de los Lloigor (1969-1974), su pieza incluida aquí.

            Amén de padre de los mitos, Lovecraft es un personaje frecuente en estas páginas y la narración de Wilson es un buen ejemplo de ello. Su protagonista, Paul Dumbar Lang, es un investigador universitario que está a punto de cumplir 72 años cuando comienza su narración. Esto de encontrar en una ficción a alguien mayor que yo ha sido toda una satisfacción. Dumbar es una de esas eminencias que dudan de que Shakespeare fuese el autor de sus obras.

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Publicado el 10 de noviembre de 2012 a las 04:15.

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Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

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Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

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